Para cada necesidad existen diferentes tipos de almacén para escoger. Cuando hablamos de logística parece que solamente necesitamos un lugar en el que guardar todos los productos de nuestras empresas. Pero todas ellas no son iguales ni tratan con la misma materia prima. Es lógico que los almacenes de cada compañía sean diferentes y concuerden a las exigencias y propósitos de sus dueños.
¿Sabías que existen varios tipos de almacén? Puedes escogerlo dependiendo de su ubicación y utilidad o según el producto. ¡Veámoslos todos!
¿Cómo elegir un almacén?
Antes de pasar directamente a los tipos de almacén, queremos explicar brevemente qué características hay que tener en cuenta antes de elegir el tipo. Dependiendo de las necesidades de los productos con los que trabaje una empresa, ésta deberá tener en cuenta unos puntos por encima de otros. Los principales son:
Ubicación
Haber analizado con anterioridad las necesidades de tu empresa te ayudará a saber cómo de grande necesitas que sea tu almacén. Si necesitas un almacén de grandes dimensiones, lo más seguro es que estén localizados fuera de los núcleos urbanos. Intenta que, a pesar de la distancia, estén situados en zonas de comunicación estratégicas. Así son más efectivos y rápidos.
Es muy importante saber (de forma aproximada) dónde ubicar nuestro punto de almacenaje. Es decisivo para el servicio y puede marcar la diferencia entre llegar a tiempo o no. Este hecho afecta a los clientes, que puede recibir sus pedidos con retraso y, con el tiempo, dejar de confiar en tu empresa y en tus servicios. La ubicación del almacén es un aspecto fundamental a tener en cuenta si queremos realizar un buen servicio de entrega.
Luz y temperatura
Dependiendo de las materias primas con las que trates, necesitarás unas instalaciones con unas condiciones lumínicas y térmicas adecuadas. Tendrás que, acorde a tus productos, aclimatar el almacén o buscar uno que no pueda afectar a tu mercancía. Deberás tener en cuenta también la temperatura y si necesitas que sea constante durante todo el año o no. Tener presente estos conceptos hará que elijamos un mejor almacén y nos ayudará a valorar la climatización del lugar o la orientación.
Protección
Como empresa, debemos asegurarnos de que el producto llega a manos del cliente en las mejores condiciones. Somos nosotros los que tenemos que tomar medidas preventivas para que así sea. No hablamos solamente de mantener el producto en el mejor estado cuando está en el almacén, sino que esté protegido de manera adecuada. Antes de almacenar cualquier cosa, tenemos que considerar las medidas estándar o adicionales de protección que adoptaremos para que nuestro producto no sufra ningún desperfecto.
Con protección no nos referimos solamente al embalaje, sino a la seguridad del almacén. Deberás de tener un sistema para evitar robos o incidencias con los productos. Como la mayoría de repartos suelen hacerse por carretera, es fundamental tener políticas de seguridad vial y de salud laboral para los empleados que cargan con pedidos de volumen.
Sistemas de transporte
Como hemos comentado arriba, no podemos olvidarnos del medio de transporte de los productos. Dependiendo del tamaño de tus productos deberás buscar la mejor relación entre tiempo-transporte. Eso te ahorrará muchos traslados innecesarios. Te recomendamos que establezcas políticas de transporte que gestionen los pedidos, tanto en la selección de productos para el envío en el almacén como en la distribución de los pedidos.
Comunicación y gestión
La comunicación dentro de la empresa (y también en el almacén) es indispensable para poder ofrecer el mejor servicio posible. Un sistema de comunicación interno y externo nos ayudará a saber dónde se encuentran los operarios y cuáles son sus rutas. Así podremos ser más productivos y rápidos si surge cualquier imprevisto. Los nuevos sistemas de gestión de logística (etiquetas RFID) puede ahorrarnos mucho tiempo, ya que están conectadas a programas de administración que nos mantendrán siempre informados, en tiempo real, sobre cualquier aspecto del stock.
Ahora que ya sabemos qué cualidades debemos barajar a la hora de elegir un lugar donde guardar todos nuestros productos, veamos cuáles son los tipos de almacén que podemos encontrar:
Tipos de almacenes según ubicación y utilidad
Almacén de tránsito
Su función principal es almacenar de forma provisional las mercancías. De ahí que sea de tránsito, es decir, de ‘paso’. Los productos van a parar a este almacén hasta que se necesiten para la siguiente etapa del proceso (como para el empaquetado o para la entrega al cliente final). Mientras el producto se encuentra en este almacén, no se le realiza ningún tipo de modificación u operación.
Estos tipos de almacén reducen los tiempos de espera entre los escalones de la cadena de suministro por los que pasa el artículo. Su ubicación suele situarse entre el centro de distribución y el cliente final. La cantidad de mercancía que transita por los almacenes de tránsito es muy elevada. Como el stock no se almacena a largo plazo, el flujo de mercancía que entra y sale es continuo. Los sectores que más utilizan o requieren de estos almacenes son los de la alimentación y el retail.
Almacén de distribución
Los almacenes de distribución (también denominados almacenes de suministro) se localizan estratégicamente lo más cerca posible del cliente final. Estos centros logísticos se encargan de garantizar el stock de ciertos productos en una zona. Estas instalaciones reciben entradas de mercancía desde los centros de producción de la compañía y almacenan esos productos, que posteriormente serán enviados hacia el cliente final.
Su función principal es la de disminuir los tiempos de entrega al mínimo y evitar cualquier interrupción del suministro para ofrecer el mejor servicio posible al cliente final. Es donde se ubican los productos con más demanda en zonas donde está instalada la compañía. Se caracterizan por el almacenamiento de muchos palets de una sola referencia y de alta rotación.
Almacén de aprovisionamiento
En este almacén se guardan las mercancías que son necesarias para los procesos de fabricación. Es donde se almacenan todas las materias primas, piezas de producción, componentes y producto semielaborado. Es muy necesario para poder contar con cualquier producto que necesitemos para poder solucionar problemas en las propias instalaciones.
También alimenta las líneas de fabricación de la compañía. Este proceso garantiza una producción sin interrupciones, por lo que suelen situarse cerca de las fábricas. A veces incluso se conectan entre ellos con las mismas plantas. De esta forma, los transportadores de palets pueden llevar todas las mercancías de manera automática hasta las líneas de producción.
Almacén de picking
Uno de los almacenes más modernos hasta ahora: garantiza un proceso de preparación de pedidos ágil y sin errores. Las exigencias de los clientes de hoy en día son rapidez, eficiencia y poca interacción. Estos almacenes cuentan con soluciones de almacenamiento con acceso directo a las mercancías (estanterías de picking para cargas pesadas). Así, los operarios pueden acceder en cualquier momento a las referencias almacenadas sin tener que perder tiempo buscando.
Su eficiencia se mide por la optimización del tiempo y el espacio manteniendo los costes lo más bajos posible. Por eso las instalaciones cuentan con sistemas de almacenaje, manuales o automáticos, preparados para agilizar el picking.
Almacén de consolidación
Este tipo de almacenes ayudan a las empresas que tienen un número muy elevado de pedidos a agilizar envíos y a evitar errores. Los pedidos se almacenan por referencias, rutas de envío y cliente final. Así el proceso de expedición de la mercancía es mucho más fácil. Implantar sistemas automáticos (transportadores de acúmulo secuencial) permite organizar las salidas según la estrategia logística del almacén, lo que reduce los sobre-costes en transporte.
Dentro de este tipo de almacén también se incluyen aquellos que, ante un pedido de gran tamaño, lo dividen en unidades de carga para facilitar su expedición y envío.
Tipos de almacenes según producto
Esta es otra de las clasificaciones posibles. En función del producto podemos encontrar los siguientes tipos:
Almacén de materias primas
Se suele situar cerca de los centros de producción y también suelen cumplir la función de almacenes de aprovisionamiento. Así se pueden mantener activas las líneas de producción de la industria relacionada.
Almacén de productos terminados
Son los que acumulan el stock de la empresa. Es el almacén más normal.
Almacén de repuestos y/o accesorios
Aunque no sean muy populares, los almacenes de repuesto son indispensables para ofrecer un buen servicio posventa. Son en ellos donde se almacenan las piezas para reparaciones, sustitución de elementos dañados o accesorios de los productos principales.
Conclusiones
Como hemos podido observar, es necesario tener muy claras desde 0 las necesidades que tiene tu empresa a la hora de elegir uno de los tipos de almacén. Existen muchos tipos, cada uno de ellos específico para un propósito. Esperamos haberte ayudado a resolver algunas dudas.
En Capsa trabajamos codo con codo con todos los almacenes para transportar sus productos y materias primas. Diseñamos, producimos y comercializamos soluciones de embalaje para múltiples sectores desde hace más de 20 años. Si tienes cualquier otra duda puedes ponerte en contacto con nosotros y un miembro de nuestro equipo te atenderá personalmente.
Fuentes:
Warehouse Types. Recuperado 10 diciembre 2022, de https://www.webstaurantstore.com/article/770/types-of-warehouses.html.
Types of warehouses: a general overview. Recuperado 12 diciembre 2022, de https://www.mecalux.com/blog/types-of-warehouses.
6 different types of warehouses. Recuperado 12 diciembre 2022, de https://www.gojarrett.com/blog/6-different-types-of-warehouses.